Gracias a una quedada con amigos, descubrimos el Valle salado de Añana. Se trata de una visita muy recomendable a unas antiguas salinas que en su día se dejaron de explotar porque ya no resultaba rentable y hace unos años se rehabilitaron y volvieron a explotar siguiendo el método tradicional para obtener la sal. Actualmente se obtiene una sal de gran calidad, avalada por algunos de los más importantes chefs de nuestro país y muy apreciada en la alta cocina. Se puede realizar una visita guiada que lleva poco más de una hora y es una pasada.
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