Hola a todos, bienvenidos a mi blog.
Aquí iré contando mis pequeñas aventuras, retos deportivos, viajes y vivencias en compañía de Natalia y nuestros amigos (y desde marzo de 2013 también nos acompaña Miguel). Montañas, carreras, marchas, escaladas, furgo, bici, playa, surf.... todas esas cosas que nos gusta hacer y que "necesitaríamos más vidas" para poder hacerlas todas, así que hay que aprovechar, porque... "Sólo se vive una vez".
Y en esta idea se resume el sentimiento de este blog. Espero que os guste.



lunes, 28 de mayo de 2012

Los 10000 del Soplao, ruta a pie. "El Infierno Cántabro", 19-5-12

Aunque con un poco de retraso, aquí os dejo la crónica de nuestra participación este año en "Los 10000 del Soplao, el Infierno Cántabro", no sé muy bien si este retraso se debe ha que la semana pasada he estado un poco vago, o a que necesitaba un poco de tiempo para digerir bien lo vivido, pero, en fin, aquí está.
Sábado 19 de mayo, Cabezón de la Sal. Un año más estoy en la línea de salida de "Los 10000 del Soplao", en esta ocasión acompañando a Natalia para hacer la ruta a pie. Mi padre también la hace, aunque una vez que den la salida ya no le veremos más, y estamos además con Merino y Cristina y unos compañeros de trabajo de Merino. El ambiente es increíble, mogollón de gente (unas 7000 personas) con muchísima ilusión de hacer la prueba en sus distintas modalidades, y todos con un ojo puesto en el cielo, pues la previsión meteorológica no depara nada bueno, aunque ahora no llueve.

Al filo de las 8 de la mañana, el "Thunderstruck" de los AC-DC , empieza a sonar por la megafoniía, empieza la cuenta atrás, estalla la traca de petardos y... allá vamos!!! Ciclistas por un lado, y corredores y caminantes por otro, partimos en pos de un único objetivo: ACABAR.
Empezamos la marcha saliendo de Cabezón por la carretera, en la recta de Carrejo el espectáculo es increíble, parece que vamos de manifestación, y a lo lejos, ya en la Sierra del Escudo, se ve la hilera de gente que va ascendiendo poco a poco. Por nuestra parte, al llegar a Santibáñez, donde empieza el camino de montaña, nos encontramos con un "atasco" que nos tiene completamente parados unos 20 minutos. Flipamos, ¿cómo puede ser posible ésto?, además para animar aún más la cosa empieza a llover, esto promete. Entre lluvia y barro, que nos acompañarán durante toda la jornada, vamos subiendo hacia el Palo de Santibañez, en ocasiones saliéndonos del camino, para evitar el atasco y avanzar un poco. La niebla también se ha unido a la fiesta y entre una cosa y otra hemos perdido a Merino y Cristina "suerte chicos".

Así llegamos al Palo de Santibañez y al temido cortafuegos que nos bajará hasta Ruente. bajamos el famoso cortafuegos bastante bien, por el prado, el camino está impracticable, lleno de barro y de gente que se cae, o se tira, según el gusto de cada uno. Un poco más adelante llegamos a Ruente. Bebemos agua en el avituallamiento, y seguimos nuestro camino, esta vez por pista, mientras la lluvia arrecia hasta convertirse en un chaparrón que flipas, nos metemos en el tramo de bosque y allí nos encontramos con el peor tramo de todo el recorrido. Muchísimo barro, que hace dificilísimo andar, e incluso, tenerse en pie, el bosque, bastante cerrado a ratos, también dificulta el avance y no para de llover... En estos momentos te vienen a la cabeza las típicas preguntas como "¿qué cojones hago yo aquí?", y tú mismo te contestas "estoy aquí porque me gusta hacer esto", se te tuerce el gesto en una media sonrisa y piensas "pero si esto es una puta mierda", e inmediatamente "estoy aquí porque quiero y voy a acabar para demostrarme a mí mismo de lo que soy capaz", mientras tanto, ya vamos bajando y empieza aumentar el murmullo de gente, los gritos, rodar de bicicletas y algunos motores... llegamos a la Casa del Monte, avituallamiento sólido y líquido común para todas las pruebas. La campa es un hervidero de gente, ciclistas, bicicletas, caminantes, público, una fina lluvia y... barro, mucho barro.

Comemos y bebemos algo, y mientras tanto para de llover, y hasta parece que quiere salir el sol. Natalia, que estaba pensando en retirarse, se decide a seguir, así que nos vamos, que todavía queda mucho por hacer, nos faltan casi 30 kilómetros.
Salimos de la campa y enseguida empezamos el ascenso hacia el inicio de la "ruta de los puentes" por un tramo nuevo, por el monte, que empieza con un fuerte repecho y continua por un caminillo muy guapo entre bosque y pequeñas brañas. Llegamos a la "ruta de los puentes" y nos metemos en ella, otra vez acompañados por una fina lluvia que viene a demostrarnos que lo del sol de antes fue sólo un espejismo... Entre lluvia y barro vamos avanzando, pero para lo que nos esperábamos, este tramo no está ni tan mal. Se

nos hace un poco largo, porque al final se mete algo de niebla y parece que siempre estés caminando en el
mismo sitio. Ya son muchas horas mojándonos, los pies chapotean dentro del calzado y las manos se quedan heladas, bajo una abundante lluvia llegamos al avituallamiento de la salida de "los puentes". Comemos y bebemos, e iniciamos la última ascensión, el temido Toral. Ya sabemos lo que nos espera,  además no para de llover y encima hay niebla, así que, poco a poco. Patinando en el barro y con la mirada puesta en los pies, para ver dónde pisas y porque con la niebla no hay más que ver, llegamos a la cima del Toral, a partir de aquí todo es para abajo. Hay muchísima niebla, así que seguimos las estacas de la alambrada para no perdernos, aunque el camino es fácil, va por esos "toboganes de barro" que se han formado por el paso de la gente. Hace un poco de viento, y con la chupa que llevamos, pues tenemos algo de frío, pero sabemos que ya queda poco, así que estamos bastante animados. Último repecho hasta el palo de Cos y un tramo muy empinado de pista de cemento nos deja en Santa Lucía.Aprovechamos y metemos los pies en la fuente para quitarnos la "tonga" de barro que llevamos en las playeras y en las piernas y afrontamos los últimos kilómetros hasta Cabezón, acompañados por el paso de los ciclistas y los gritos de ánimo de la gente que está viendo la prueba. Llegamos a Cabezón, nuestros chips pitan, dicen nuestro nombre por megafonía y cruzamos la meta. Se acabó, objetivo cumplido, otro Soplao terminado, hemos salido vivos del "infierno". Al poco de cruzar la meta, nos encontramos con Juan, y mientras hablamos con él, aparece Toño que, cómo no, estaba ahí para inmortalizar el momento. Nosotros hace ya

mucho rato que nos cansamos de hacer fotos. Charlamos un poco con elllos y nos vamos, no nos apetece comer pasta, ni siquiera tomar una birra, sólo queremos llegar a casa, ponernos secos y descansar. Nos cambiamos de ropa en un portal, porque no para de llover, y nos vamos para casa. El año que viene... más.

Epílogo:Hacer 46 kilómetros por el monte con dosmil y pocos metros de desnivel acumulado en 12 horas y media (que es lo que tardamos) no es ninguna hazaña. No lo hacemos por eso, lo hacemos porque nos gusta hacerlo y porque nos apetece saber de lo que somos capaces. Y somos capaces de hacerlo mejor, pretendíamos tardar unas 9 horas, pero el otro día eso fue lo que hicimos. Acabamos cansados, mojados y helados de frío, pero enteros, felices y juntos.
Natalia pretendía este año mejorar su tiempo de hace dos años, cuando el calor le jugó una mala pasada y tardó 11 horas, no pudo ser cariño, para el año que viene tienes mucho margen de mejora ;)
Por mi parte, este año tenía claro que iba a ir con Natalia, y eso he hecho, Soplao a pie terminado, con el de bici en 2010 y el maratón de montaña el año pasado, ya tengo 3. Me faltan 2 modalidades para terminar mi proyecto de hacerlas todas. El año que viene, ¿combinada o ultra? todavía no lo sé, una de las dos, de momento... "Otra chincheta para la corchera".

miércoles, 9 de mayo de 2012

Orbea Monegros 29'er, 4 y 5 de mayo de 2012

El viernes pasado partimos rumbo a Sariñena, en pleno desierto de los Monegros, en compañía de un buen grupo de amigos, con nuestras bicis y muchas ganas de pasarlo bien... y vaya que si lo pasamos!!!
A las tres de la tarde salimos de Torrelavega Natalia y yo, en mi furgo, y Pedro, Oscar y Aitor en la de Pedro. En teoría, Toño, Urbis y Juan ya deberían de haber salido, pero parece ser que al final no... bueno, así quedó la cosa y nos pusimos en marcha.
Autovía, kilómetros, lluvia y más lluvia, y peajes van cayendo con el paso del tiempo... llegando a Logroño nos llama Alejo para "tomar un café" con él, Gelín y una amiga suya, que están en Santo Domingo de la Calzada, "sólo es salirse de la autoivía", salimos y... "15 kilómetros hasta Sto. Domingo!!!, cagüen todo..." en fin, ya que hemos salido... tomamos algo y vuelta a la autovía... nada más volver mensaje de Toño con foto... estos cabrones ya están allí!!! Unos cuantos kilómetros de autovía más, más lluvia, más euros de peaje, otros pocos de kilómetros por carreterucas cada vez más secundarias y al filo de la medianoche... estamos en Monegros!!! Menudo fiestón!!! que pila de autocaravanas... Buscamos el camión de Merkamueble y a su alrededor montamos nuestro campamento...

Es tarde, así que... a cenar!!! Mientras la élite le da a la pasta, otros empezamos con la barbacoa... los de la pasta se nos unen y al final caen hasta unos chupitos... incluido uno de leche de soja ;) charlas, risas... y poco a poco nos vamos retirando a dormir, que mañana será un día duro.
El sábado amanece en Monegros un día espectacular y nuestro campamento va entrando en actividad poco a poco... muy poco a poco...

Nos vamos levantando, desayunamos, vamos a recoger los dorsales y a visitar la feria, pasamos la mañana  tranquilamente sin hacer nada, charlando y preparando las bicis, comiendo pronto, y no mucho, más que nada por comer algo, porque los que hacen el recorrido largo (119 km) salen a la una y media, Natalia y yo nos enfrentaremos al corto (60 km) y saldremos a las tres...

Entre unas cosas y otras, por fin llegó la hora...  los gallos de la larga se preparan para salir, a todo esto, hay gente que lleva más de dos horas en la "fila". De los nuestros, Gelín (el gallo de verdad) tiene puesto reservado en la parrilla de salida, porque el año pasado quedó entre los cien primeros, el resto a pelear por su sitio con los otros más de cincomil bikers ansiosos por empezar.

Y entre tanto gallo, se infiltró un quiqui, a Toño se le calentó la cabeza anoche hablando con Pedro, Gelín y compañía, y se cambió de prueba, a ver cómo termina esta historia. La suerte está echada, allá van... Suerte compañeros!!! A arar el desierto!!!

Natalia y yo nos hemos quedado solos y nos empezamos a preparar para nuestro reto, nos ponemos el disfraz, la crema para el sol, cargamos agua y nos vamos para la salida, al final de la fila para no tener problemas.

Dan la salida y allá vamos, primero un tramo neutralizado por las calles del pueblo con mogollón de público, entre ellos nuestro fotógrafo particular, Urbis, que nos hace un par de buenas fotos. Enseguida entramos en lo que será el terreno habitual durante casi todo el recorrido, pistas de tierra donde se levanta muchísimo polvo y por las que se va muy deprisa (vamos a veintitantos kilómtros por hora, una locura). A este ritmo pronto llegamos al primer avituallamiento, comemos algo, bebemos y enseguida continuamos.
"Venga cariño, que a este ritmo tardamos cuatro horas y media!!!" siguen los kilómetros, y el polvo, los continuos adelantamientos (pasamos y nos pasan) y a cada pequeña cuesta se monta un coloño de la de dios, porque la gente se baja para subir a pata... alucinamos, "pero si no es nada!!" nosotros vamos con el plato mediano.
En un momento dado, nos juntamos con los de la ruta larga, y entonces ya sí que es una puta locura, estos van súper rápido y adelantan por todos los lados. Así llegamos al último avituallamiento, donde hacemos una nueva parada.

Enseguida salimos pitando, que ya hay muchas ganas de llegar y vamos muy bien de tiempo, los máquinas siguen pasando a toda ostia y a nosotros... nos lleva la marea. Abandonamos las pistas de tierra y entramos en unas carreterucas de asfalto avistando ya Sariñena cuando caen algunas gotas y se ve venir un enorme nubarrón negro. Natalia va a toda leche y me cuesta seguirla. Entramos en meta entre los aplausos de la multitud y muy contentos... objetivo cumplido. Y en menos de cuatro horas!!!

Nos acercamos a coger un plato de pasta y una cerveza, que invita la organización, y se pone a llover, hemos librado por poco. Comemos, esperamos un poco a que escampe y nos vamos para el campamento. Al momento empiezan a llegar nuestros amigos, Gelín ya lleva aquí un rato, porque el tío la hizo en cuatro horas, lo mismo que nosotros para el doble de kilómetros. Los demás muy contentos., hemos acabado todos y cada uno ha cumplido su objetivo... sólo falta Toño que, de momento, todavía va dentro de su tiempo. Recogemos los trastos, nos duchamos, y nos despedimos de Alejo, Pedro, Oscar, Aitor y Gelín, que se marchan para casa.  Toño sigue sin aparecer, así que nos vamos para la meta a recibirle. Se va haciendo de noche y la meta es un goteo continuo de gente, unos felices por conseguir acabar su reto, otros resignados que llegan con la cadena o el cambio rotos. Pasan las horas y cada vez queda menos gente esperando y por llegar. Llega un momento en el que empiezan a recoger la meta, preguntamos y nos dicen que ya han llegado todos, "¿Cómoooo?", "No puede ser", hay unos minutos de desconcierto y al final se aclara el entuerto, faltan ocho que no han querido subirse a los coches que van recogiendo a la gente y están a unos tres kilómetros. Ahí está Toño fijo. Natalia y yo nos vamos a preparar la barbacoa y Urbis y Juan se quedan a esperar a Toño que, efectivamente, llega un rato después. Cenamos y nos vamos para la cama después de pelear un rato para recoger la carpa del MTB Buelna que nos dejó Aitor.

El domingo nos levantamos pronto y nos vamos para casa, que es el día de la madre y hay que llegar a comer. Desayunamos por el camino y a mediodía estamos en Torrelavega.

El fin de semana ha sido increíble, lo hemos pasado muy bien, mientras escribo esto aún lo estoy disfrutando y ya se acaba el miércoles... no sé, tampoco hemos hecho nada del otro mundo, pero hemos estado ahí, haciendo lo que nos gusta y compartiéndolo con gente a la que también le gusta eso mismo. De puro simple es genial.

Y el año que viene... a la larga!!!